A Moraima Del Valle Crespo Peña
Te amo como la primera vez
cuando te conocí aquel día de primavera,
estabas radiante, inmensamente hermosa,
alegre, juguetona, sonriente e ingenua.
Era un día esplendoroso,
el sol brillaba intensa mente,
bañando con su luz la verde pradera,
las flores esparcían por el campo sus perfumes embriagadores
y los pájaros revoloteaban alegremente a tu alrededor,
trinando una bella melodía,
la tenue brisa acariciaba suavemente tu rostro,
fue el comienzo de un amor sublime y apasionado.
Producto de ese amor nuestros dos hijos,
grandes, sanos y hermosos.
¡ Ojalá ! Tus sueños y anhelos
se hagan realidad,
de verdad te lo mereces,
ya verás que sí.
Te amo como la primera vez
cuando te conocí aquel día de primavera,
estabas radiante, inmensamente hermosa,
alegre, juguetona, sonriente e ingenua.
Era un día esplendoroso,
el sol brillaba intensa mente,
bañando con su luz la verde pradera,
las flores esparcían por el campo sus perfumes embriagadores
y los pájaros revoloteaban alegremente a tu alrededor,
trinando una bella melodía,
la tenue brisa acariciaba suavemente tu rostro,
fue el comienzo de un amor sublime y apasionado.
Producto de ese amor nuestros dos hijos,
grandes, sanos y hermosos.
¡ Ojalá ! Tus sueños y anhelos
se hagan realidad,
de verdad te lo mereces,
ya verás que sí.
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