La niña lloraba desconsolada
en su pequeña habitación,
mientras escuchaba y veía a través
de la ventana de su humilde hogar,
la algarabía de los niños,
que corrían alegremente por las calles
de la ciudad, jugando con los regalos
que había traído el Niño Jesús
el día de navidad.
De pronto una luz intensa iluminó
su alcoba, cegándola completamente,
y al volver a recuperar su visión,
sorprendida vio al Niño Dios, que lleno
su corazón de alegría, paz, amor y
esperanza, para un mundo mejor,
y ella entendió que ese fue el más
grande regalo que le hizo el Niño Dios.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
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